Su 10 de Mayo
Su 10 de Mayo
Fco. Javier Chaín
Durante la reciente represión de Atenco, entre aterradores delitos, la policía foxista dio a todas las mexicanas su 10 de mayo violando tumultuariamente a las muchachas detenidas. En las represiones de 1968 se ejecutaron similares crímenes por parte de las policías y nunca existió castigo para tales delincuentes gubernamentales. En esta represión, como muestra de que el gobierno no cambia, no avanza, que va de reversa, de que Fox, Calderón y sus lambiscones son represores y solapadores de violadores y asesinos. Volveremos a ser testigos de la impunidad, ningún policía, ni ningún funcionario gubernamental será castigado jamás por las cobardes violaciones tumultuarias ejecutadas, en medio del terror, contra indefensas mujeres. No es el país del cambio, sino el país de la impunidad.
Valentina Palma detenida, abusada y expulsada (ser chilena la “salva” de no seguir en prisión como las mexicanas violadas) a pocos días de haber vivido la experiencia más aterradora de su vida, demandará al gobierno mexicano (¿Alguien más se atreverá? ¿Algún candidato a diputado o a senador? ¿Sólo se llenan la boca de mentiras alabando a las mujeres o en esta ocasión defenderán a las mujeres mexicanas violadas?) sostiene: ''Puedo decirlo con absoluta certeza: a varias chavas arrestadas en Atenco, con las que compartí cerca de 12 horas de prisión en Almoloyita, las habían violado durante el traslado del lugar de arresto al penal. Más de cinco, sin duda''. ''Las chavas que yo vi lloraban mucho, estaban ensangrentadas, tenían la ropa desgarrada. Una llevaba los calzones rotos; la entrepierna del pants de otra estaba totalmente descosida. Nadie decía la palabra violación, pero eso es natural. Las mujeres, cuando salen de un episodio así, lo bloquean. Y no quisieron que las revisara el médico legista. Una lo expresó así: 'ya me metieron mano, no voy a ir a abrirme de piernas para que me esculque otro más. Porque no había una doctora; era un médico sin sensibilidad y en extremo malhumorado''.
''Oí por la radio que en Atenco habían matado a un muchachito de 14 años. Decidí tomar mi cámara e ir a grabar; es la tendencia natural de alguien que busca ser una profesional en esto de documentar lo que pasa. Llegué al pueblo como a las 8 de la noche del miércoles. Estuve grabando las guardias que organizaba la gente. Luego me fui a la plaza. Ahí estaba, ya medio adormilada, cuando empezaron a tañer las campanas y a dar voces de que estaba entrando la policía. Volví a los puestos de guardia, grabé el ir y venir de las bicicletas, de la gente informando en todos los puestos. Cuando empezó el ataque guardé mi cámara y me fui a refugiar a la biblioteca, frente a la iglesia. Ilusamente pensé que podía esperar ahí a que se calmaran las cosas. Entraron dos muchachos que no conocía y estábamos esperando cuando llegó la policía. Dos me tomaron de los brazos, mientras otros dos me golpeaban. Eran de uniforme azul. Supongo que eran de la policía municipal. A las mujeres nos daban toletazos en pechos y nalgas. ''Nos llevaron a un costado de la iglesia, donde ya había muchos detenidos, y nos obligaron a arrodillarnos; nos seguían golpeando. Cuando sonó en mi mochila mi celular, un policía ordenó que me registraran. Me robaron todo: documentos, mi material, la cámara. Luego nos subieron a una camioneta. No pude ver de qué color era, pero era grande. Me arrojaron sobre unos cuerpos ensangrentados. Uno de los uniformados me ordenó que pusiera la cara contra el piso, pero había un charco de sangre. Como me resistí aplastó mi cabeza con su bota. Ahí empezó el abuso sexual me manosearon todo lo que quisieron” ¿Aplicación de la ley? ¿Valor y pasión por México? fjchaín@hotmail.com
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