Ilegal en tierra propia
Ilegal en tierra propia
Fco. Javier Chaín Revuelta
Los bárbaros del norte han movido sus despreciables botas una vez más hacia la frontera que ellos mismos impusieron. Los invasores gringos atacaron la frontera de entonces para robar Texas y luego, con pretexto de reclamaciones, invadir el país, dar lugar a que los niños de Chapultepec pasaran a la historia y ellos ocupar la capital de México.
Los gringos por medio de la guerra de 1848 robaron a México la mitad de su territorio, donde hoy ¡Oh paradoja de la historia! Los trabajadores mexicanos, los verdaderos y originales propietarios de esas tierras, son considerados ilegales, indocumentados y violadores de las “leyes”. Que triste que los mexicanos que al poblarlos nuevamente están recuperando los territorios arrebatados, no cuenten hoy con un gobierno a la altura de las circunstancias, que los defienda con la misma fuerza y enjundia que lo han hecho tantos patriotas mexicanos en el curso de la historia Patria. Triste escuchar que en el exterior denuncien al presidente de México restregándole en la cara la injuria de ser “Cachorro del Imperio”
Se aprecia entre los mexicanos mas favorecidos (que son los menos, dado el inmenso número de pobres que existen en México) cierta proclividad para acumular bienes, lujos, autos y un estilo de vida parecido o igual a los estadounidenses. Por alguna extraña razón o por no ceder comodidades, no perciben que el modo capitalista estadounidenses tiene que sostenerse de la guerra, de la explotación hasta el desastre de los recursos naturales planetarios y del sometimiento por la fuerza de los seres humanos de los países pobres. Ni aunque tengan en sus narices la gravedad de los cambios climáticos, la contaminación, el agotamiento del agua, un basurero a cielo abierto a pocos metros de sus casas, ni aun así, están dispuestos a la austeridad ni al pensamiento, su mente la ocupan en que su auto pueda reposar tranquilo en un subterráneo bajo palmeras tropicales.
La historia sirve, dicen, para entender el presente. Por eso esta nota recuerda que en 1848, al final de la guerra entre los dos países, éstos firmaron el Tratado de Guadalupe Hidalgo, el cual asentaba que México cedería casi la mitad de su territorio, incluyendo California, Arizona, Nuevo México, Texas y parte de Colorado, Nevada y Utah. Como compensación, los Estados Unidos pagaría 15 millones de dólares por daños al territorio mexicano durante la guerra. Entre los notables aspectos del tratado, se encuentran los siguientes: estableció al Río Grande como la línea divisoria entre Texas y México; estipuló la protección de los derechos civiles y de propiedad de los mexicanos que permanecieron en el nuevo territorio estadounidense. Además, Estados Unidos aceptó patrullar su lado de la frontera y los dos países aceptaron dirimir futuras disputas bajo arbitraje obligatorio. Sin embargo, cuando el senado estadounidense ratificó el tratado, eliminó el Artículo 10, el cual garantizaba la protección de las concesiones de tierras dadas a los mexicanos por los gobiernos de España y de México. También debilitó el Artículo 9, el cual garantizaba los derechos de ciudadanía de los mismos. Esto, a su vez, provocó una atmósfera antimexicana que dio lugar a la violación de los derechos civiles de los mexicanos. Si judíos validaron su propiedad 2 mil años después, con mayor razón mexicanos en apenas 158.
fjchain@hotmail.com
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