Sunday, May 21, 2006

El poder de la comunidad

El Poder de la Comunidad

Francisco Javier Chaín Revuelta


Para que un nuevo movimiento social pueda ser una fuerza aglutinante, debería poseer tres características principales. Una de ellas sería enderezar el concepto del poder. Abandonar la idea de que el poder político es la capacidad real de imponer la propia voluntad sobre los demás. Los líderes deben renunciar a usar el poder para servirse de él e imponerse. Deben comprender que el poder es para alcanzar el bien de todos.

La segunda característica es aquella donde el mandatario no reemplaza a quienes le otorgaron el mando, es sólo su delegado, su sirviente. Debe imponer la voluntad de quienes le han dado el poder. No decide. Sólo presta voz a quien sirve. No posee poder, es instrumento del poder.

La tercera característica o el tercero de los principios directivos de la nueva sociedad es el principio de “comunidad” ¿Cómo es posible mandar sin querer nada para sí? ¿Cómo es posible ser voz de los otros sin imponer la propia? Sólo con un espíritu nuevo, que constituye la sabiduría de fraternidad de los seres humanos.

Frente al individualismo de las sociedades occidentales, hay sociedades que han conservado un sentido profundo de la comunidad. La vida sólo adquiere sentido cuando rebasamos el círculo estrecho de nuestro yo y comprendemos que formamos parte de una totalidad que nos abarca. La vida deja de ser acumulación y poder personal, para convertirse en servicio, un testimonio, para realizarse a sí mismo. En la comunidad el individuo comparte lo suyo, une su voz a la del otro; en la comunidad, el pensamiento es diálogo, la acción, solidaridad. En los Estados Unidos Mexicanos se ha perdido y se sigue perdiendo ese sentido de comunidad. Ese sentido invaluable de comunidad es un gran valor que aun existe en algunos maravillosos lugares donde reside el México profundo.

Así, el nuevo movimiento no debería tener por base ciudadanos aislados, que sólo manifiestan su voluntad al introducir, de tiempo en tiempo, una papeleta en una urna. No puede ser sólo un organismo electoral. Su base no puede ser tampoco la mesa uniforme, sin rostro. Debe residir en comunidades concretas, que se abren paso en todos los ámbitos de la sociedad: pueblos, comunidades campesinas, barrios, gremios, asociaciones. Su tarea sería mantener el sentido de comunidad y ayudar a construir, con todos ellos, comunidades más amplias, hasta llegar a toda la Nación.

La vocación del nuevo movimiento no sería sólo la libertad ni sólo la igualdad, sino el más alto de todos los valores civiles: La fraternidad. 060521


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