Tuesday, May 02, 2006

Cooperativas de Café

Cooperativas de Café
Fco. Javier Chaín Revuelta

Los pequeños productores de café en México obtienen precios muy bajos. Invierten muchos meses de trabajo arduo en cada cosecha. Tienen muy poco control sobre el transporte, el procesamiento y la exportación de su café. Sus vidas también se complican por el hecho de que el precio mundial del café cambia constantemente. Cuando el precio del café baja los pequeños productores ya no la pasan muy mal sino en la peor de las miserias.

Un resumen de sus problemas sería: Muchos "intermediarios" reducen las utilidades, poco control sobre el transporte y el procesamiento, además de nulo control sobre los precios de mercado. Una manera mediante la cual los indígenas productores de café han intentado lidiar con éstos tres problemas es mediante la organización de cooperativas cafetaleras. Algunas de ellas muy exitosas.

Una cooperativa es una organización formada por agricultores para procesar, transportar y exportar el café. Una de las principales funciones de una cooperativa es permitir que los agricultores vendan el café al consumidor de una manera más directa. Algunas tiendas y restaurantes fomentan las políticas de "comercio equitativo" adquiriendo el café directamente de las cooperativas agrícolas. Otra ventaja de las cooperativas es que proveen un mayor control sobre: El almacenamiento, transporte y procesamiento. Esto provee a los agricultores con una mayor capacidad para controlar la calidad y el precio de su café. Para obtener un mayor precio a cambio de su trabajo, algunas cooperativas cultivan "café orgánico". La palabra "Orgánico" significa que una cosecha es cultivada sin el uso de pesticidas o fertilizantes sintéticos. En las plantaciones de gran tamaño, el café suele ser cultivado con maquinaria grande, pesticidas y fertilizantes. Esta tecnología ayuda a sus trabajadores a cultivar una mayor cantidad de café por hora de trabajo. Algunas plantaciones de café suelen tener varias filas de cafetos que crecen bajo el sol. En contraste, los agricultores orgánicos suelen cultivar su café bajo la sombra del bosque. El café cultivado en la sombra mediante métodos naturales no produce la misma cantidad de granos por cada árbol, pero muchas personas consideran que este café tiene un mejor sabor en comparación con el café de las plantaciones que crece bajo los rayos del sol. En los Estados Unidos, en Europa y en otras partes del mundo, muchas personas están dispuestas a pagar más para adquirir café que ha sido certificado como "orgánico" por los grupos de comercio equitativo.

Las cooperativas cafeteras han tenido una influencia positiva en las vidas de muchos productores indígenas. Para informar a los consumidores sobre su café, los agricultores deben permitir que sus cultivos sean inspeccionados y que su café sea "certificado" como orgánico. El proceso de certificación puede implicar mucho papeleo, gastos y tiempo de espera. El proceso de certificación es algo complicado y laborioso, pero resulta difícil competir con las grandes plantaciones si no se tiene la certificación. El pequeño productor debe decidir entre ¿Seguir viviendo muy mal? ¿Cambiar de producto? ¿Irse a trabajar a una ciudad u otro país? O ¿Formar parte de una cooperativa certificada de café orgánico? Los gobiernos estatales deben apoyar y financiar las cooperativas de pequeños productores exportadores de café orgánico. (060502)
fjchaín@hotmail.com

Los intermediarios del Café

Los intermediarios del café
Fco. Javier Chaín Revuelta

Mediante una cooperativa los agricultores que viven en áreas pobres y remotas pueden lograr competir en el mercado global. A nivel mundial, el café genera ventas por miles de millones de dólares cada año. Se trata del segundo bien con un mayor volumen de comercialización legal en el mundo. El cultivo del café representa una fuente de ingresos para más de 2 millones de personas en México. México produce la mayor cantidad de café orgánico del mundo. El cultivo del café es especialmente importante para las personas que viven en Chiapas, Oaxaca y Veracruz, donde existen algunas selvas tropicales húmedas a lo largo de la costa, y gran parte del territorio son colinas accidentadas. El área es pobre, en gran parte no se cuenta con electricidad.

Durante el siglo XVIII el café llegó a América Latina. Desde mediados del XIX empresas extranjeras, muchas alemanas, se apropiaron de grandes extensiones de terreno en las tierras bajas cercanas a las costas. Contrataron a los indígenas locales, quienes a menudo estaban dispuestos a trabajar y vivir en las fincas a cambio de ingresos muy bajos. Los pequeños agricultores que cultivaban maíz y frijol en las tierras altas viajaban a las grandes plantaciones para trabajar como recolectores de café durante varias semanas del año. Regresaban a sus tierras con varias plantas de café y cultivaban este producto como un cultivo comercial. El poco efectivo que obtenían de la venta del café lo utilizaban para comprar alimentos, prendas de vestir e implementos agrícolas. La mayoría de estos campesinos llevan una vida difícil, las mujeres recogen madera para cocinar sus alimentos a base de tortillas y frijoles. El agua así mismo no es un recurso fácilmente disponible. Pocas comunidades tienen el lujo de contar con tuberías de agua instaladas por el gobierno para la obtención del agua potable.

En años recientes, algunos indígenas comenzaron a formar cooperativas cafetaleras en sitios aislados y pobres. Existe un hecho: Cada año, los estadounidenses pagan alrededor de $4 mil millones de dólares para comprar café. El café es un buen cultivo económico para los habitantes de las áreas montañosas. Puede crecer en las laderas y es fácil de transportar. No se echa a perder rápidamente y tiene un alto valor por libra, diez veces mayor que el maíz. Cuando un estadounidense gasta $10 dólares en café ¿a dónde va a parar ese dinero? ¿Qué proporción de éstos 10 dólares termina en manos del campesino productor de México? Cuando se vende el café, el dinero de los clientes pasa a manos de la compañía que lo vende. El Bebedor de Café Paga $10 dólares. Las compañías cafetaleras adquieren el café de revendedores, quienes importan el café de otros países. Las compañías cafetaleras pagan alrededor de $6.50 dólares por libra (se quedan con $3.50 dólares de los $10 dólares que recibieron) Los revendedores de café compran el café de exportadores locales, quienes obtienen el café de los coyotes, quienes a su vez tratan directamente con los agricultores. Coyotes y Exportadores Pagan $4.00 dólares. Revendedores de Café Se quedan con $2.50 dólares. Finalmente, los agricultores de café se quedan con un 10% de lo que fue pagado por el cliente. Los productores de café se quedan con $1.00 dólar. El precio bajo que obtienen los pequeños productores es un problema... (060502)

fjchain@hotmail.com

Carta del Dr. Galán

Carta del Dr. Galán
Fco. Javier Chaín Revuelta

Mi estimado Francisco Javier Chaín: Continuando con el tema del café, inicio hoy recordando la frase de Charles-Maurice de Talleyrand, diplomático francés de la época de Napoleón (s XIX), quien se sentaba a tomar una taza de nuestra bebida preferida diciendo: “debe ser caliente como el infierno, negro como el diablo, puro como un ángel y dulce como el amor”. Si te das cuenta, muchas personas no cumplen con los requisitos cuando lo beben, sobre todo el lo que respecta a lo dulce. En particular, lo tomo azucarado pues es muy agradable, aunque con la mercadotecnia actual y la terrible”globalización”, recomienden taza “cero” de azúcar, lo que considero un reverendo disparate. Pero eso será tema para otro comunicado.
Haciendo una pequeña reseña histórica de este producto, se dice que el café fue introducido por primera vez en Arabia y el resto de Oriente en el siglo IV después de Cristo, por poblaciones nómadas etíopes, que se dieron cuenta que sus animales domésticos se volvían “muy activos” luego de comer el fruto de el arbusto del café. Al parecer la palabra café y cafeína deriva del vocablo árabe gahweb. Se piensa que por el siglo XIII de nuestra era, el cultivo llegó a los árabes quienes se convirtieron en “maestros” cafetaleros y al mismo tiempo los principales “degustadores” del producto por unos cuatro siglos. Ellos fueron los fundadores de lo que puede llamarse “cafeterías” que las nombraban: qahveh khaneh. Cuando los europeos (holandeses) a principios del siglo XVI llevan el café al continente, con el nombre de “vino árabe”. Como una reacción esperada, los vitivinicultores se opusieron a ella. Hay que recordar que existe una anécdota en la cual el Papa Clemente VIII probó esta bebida, pronunció mas o menos lo siguiente: “vaya, esta bebida satánica es tan deliciosa que sería una pena que solo los infieles la utilizaran. Debemos engañar a Satán y bautizarla, para convertirla en bebida verdaderamente cristiana”...¡vaya usted a saber si esto fue cierto!, pero como dicen, el café bien vale una sinfonía... y el insigne músico, don Johann Sebastián Bach, la escribió: Cantata al café.
En el año de 1669 Solimán Aga lleva esta bebida a la corte de Versalles, donde también se le rechaza. Para el año de 1675 tienen mencionadas unas 300 casa de café en Inglaterra, sitios de reunión de artistas y comerciantes y para el año de 1705 los ingleses traen a América el café, desembarcándolo en el puerto de Nueva Ámsterdam hoy Nueva York para distribuirse a Haití y Santo Domingo, Brasil y Cuba y en el año de 1790 a nuestro México.
Interesante todo este recorrido desde el oriente hasta nuestras nobles tierras (y fecundas) que reciben fácilmente este cultivo. Actualmente nuestra América tropical tiene una calidad aceptable de este cultivo, aunque en muchas casas de nuestro estado, que se dice productor de este grano, sirven una bebida a base de productos comerciales solubles (no se si contienen café y en que porcentaje –acuérdate que soy médico ) pero que por “sentido común: ¡¡¡¡NO LO ACEPTO!!!!.
Bueno mi amigo, en próximo envío, seguiremos pasando algunas notas, no descubriendo el “hilo negro”, pero eso si, te espero en el portal o algún otro sitio, para tomarnos una “sabrosa, caliente, negra y dulce taza de xantinas. Y por último acerca de lo dulce, recordemos a nuestro Emperador Moctezuma bebiendo cacao endulzado con miel de abeja.
¡Dicen toda una experiencia al gusto y a la felicidad.! Te saludo: Carlos Manuel.

fjchain@hotmail.com